La piratería en el comercio exterior marítimo
La piratería en el comercio
exterior marítimo
La piratería marítima es una de las amenazas más antiguas que existe en el mar, aunque lo asociemos con películas y cuentas, la amenaza de la piratería es real y no ha desaparecido.
La piratería afecta principalmente al transporte marítimo, que representa más de la mitad del comercio exterior.
En nuestra época, el fenómeno no
solo no ha desparecido, sino que en las últimas dos décadas hemos asistido a su ascensión.
En el contexto de una sociedad internacional cada vez más interdependiente, la piratería
marítima se ha visto dinamizada por el auge de los intercambios comerciales que ha llevado
a que el transporte marítimo se erigiese como un motor fundamental de la globalización.
La piratería se ha hecho más presente en las naciones africanas,
latinoamericanas y, muy especialmente, asiáticas.
A partir de la Convención de Naciones Unidas sobre el
derecho del Mar, podemos definir este fenómeno y es usada por la Organización Marítima Internacional en su “Código de
prácticas para la investigación de los delitos de piratería y robo a mano armada perpetrados
contra los buques y poder identificarlo, esta definición esta provista en el artículo 101
Constituye piratería cualquiera de los actos siguientes:
a) Todo acto ilegal de violencia o de detención o todo acto de depredación cometidos con
un propósito personal por la tripulación o los pasajeros de un buque privado o de una
aeronave privada y dirigidos:
i. Contra un buque o una aeronave en la alta mar o contra personas o bienes a bordo
de ellos;
ii. Contra un buque o una aeronave, personas o bienes que se encuentren en un lugar
no sometido a la jurisdicción de ningún Estado;
b) Todo acto de participación voluntaria en la utilización de un buque o de una aeronave,
cuando el que lo realice tenga conocimiento de hechos que den a dicho buque o
aeronave el carácter de buque o aeronave pirata;
c) Todo acto que tenga por objeto incitar a los actos definidos en el apartado a) o en el
apartado b) o facilitarlos intencionalmente.
El porcentaje que se tiene de casos de piratería no es real, ya que al rededor de la mitad de los casos no son denunciados y por tanto, no quedan registros de estos.
Una de las razones por las que se decide no informar de un ataque es:
1.- Es la demora que pueden provocar las investigaciones que siguen los incidentes.
2.- Dichas demoras pueden acarrear costes para las empresas que transportistas.
3.- Les puede generar una mala publicidad al barco, la compañía naviera o al puerto donde se haya producido un abordaje.
Además, algunos marineros entienden que informar
de los incidentes resulta perjudicial, puesto que se puede tornar en mala publicidad para el
barco, la compañía naviera o el puerto en el que se haya producido un abordaje.
La piratería en Asia
En Asia, la mayoría de los ataques están enfocados al robo de equipamiento de los buques,
de pertenencias de la tripulación, y en menor medida, de parte del cargamento que el buque
atesore en ese momento. Son cometidos por reducidos grupos de asaltantes que van armados normalmente con cuchillos y machetes, aunque también se han registrado numerosos ataques con armas de fuego.
Normalmente son asaltos nocturnos en los puertos o cerca de la costa.
Las zonas donde hay mayor piratería son: el sudoeste asiático; Malaca y Singapur. Filipinas, Malasia y Nigeria.
La piratería en África
Los piratas somalíes, a diferencia de los asiáticos, tienden a ir bien armados con armas automáticas y lanzagranadas, y llevan a cabo sus ataques lejos de la costa. Su táctica consiste en el abordaje del buque objetivo mediante la aproximación e intimidación por parte de otro buque pirata, que en ocasiones hace las veces de barco nodriza liberando a otros botes más pequeños que son los encargados de acometer el abordaje. En estas acciones es frecuente el recurso a abrir fuego, tenga como objetivo el buque abordado o no, para intimidar a la tripulación, que es el objetivo último de los piratas. Mediante el apresamiento de la tripulación y el secuestro del buque objetivo, los piratas estarían entonces en disposición de colmar su aspiración: un millonario rescate.
En África Oriental todavía existe la piratería, la
amenaza es mayor en las aguas del sur del Mar Rojo, el golfo de Omán.
A pesar de que las incidencias se han reducido, la
precaución debe seguir siendo máxima, en tanto en cuanto los ataques de piratas son
mucho más violentos y peligrosos en las aguas del Índico occidental.
El fin último es la obtención ilícita de petróleo
La piratería en Sudamérica
En los últimos años, los ataques en las Américas han consistido, en su mayoría, en abordajes
a barcos en puertos y fondeaderos realizados por un pequeño grupo de personas armadas
con pistolas y/o machetes. La intención de estos miembros suele ser el robo de
equipamiento del barco y de pertenencias de la tripulación, guardando en este aspecto
similitud con los casos asiáticos, porque además, evitan del mismo modo un enfrentamiento
directo con la tripulación y prefieren huir cuando son descubiertos.
En donde más se produce la piratería suele ser Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y México.
México
El promedio mensual de robos a buques en 2018 fue de 144 casos, mientras en 2017 fue solo de 48 incidentes al mes. En el año 2018 se registraron al menos 167 ataques sin un solo detenido.
Datos de la Marina Mercante indican que ataques de piratas a embarcaciones comerciales en México se incrementaron 316 % entre 2016 y 2018.
Economía
Uno de estos efectos económicos que la piratería marítima a nivel mundial es el incremento
del coste de los seguros de transporte marítimo, especialmente aquellos que incumben a
barcos que deben atravesar una zona de alto riesgo.
Otra consecuencia que genera cuantiosos costes es el cambio de ruta por el que deciden
optar algunas compañías navieras para evitar que sus buques sean objeto de un ataque
pirata. Esto suele suceder con los buques más lentos y pesados que son los que más
probabilidades tienen de sufrir un abordaje.
Además de suponer un considerable aumento del tiempo de navegación,
constituye, un incremento de millones de dólares en combustible al año.
Elaborado por: LNI Ana Karina Ortega
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